lunes, 7 de junio de 2010
Trescucarchas creemos que ahora es el momento de ahorrar agua, no cuando es demasiado tarde:
La problemática :
La sequía es un fenómeno cíclico que afecta con distinta intensidad a numerosos países, Su duración es variable pero suele ser de dos o tres años consecutivos. No obstante, con el calentamiento global aumenta la incertidumbre sobre la magnitud de sus consecuencias y el avance de la desertización. Como advirtió José Manuel Murillo (IGME): "El problema no estriba en que este año sea seco o húmedo, sino en disponer de infraestructuras suficientes y de medidas administrativas adecuadas para gestionar una sequía extrema de manera eficaz y compatible con el medio ambiente". En la actualidad la mayor sangría del sistema hídrico español recae tristemente en pérdidas por el mal estado de los sistemas de conducción y por sistemas de regadío (aproximadamente el 75% del consumo ) obsoletos e ineficientes en demasía. Según Tecnun se estima que del 50% al 70% del agua que se extrae se desperdicia por evaporación, fugas y motivos varios a la vez que algunos expertos afirman que estas pérdidas podrían ser reducidas hasta cifras próximas al 15%. Según el “Libro blanco del agua” (MMA,1998) de los 100.000 Km de acequias de la red de distribución, una parte imporante son cauces de tierra sin revestir y aproximadamente el 30% de la red supera los 100 años de antigüedad. No es entonces de extrañar la aparición de fugas mediáticas como la que el año 2008 saltaba a los medios con una fuga de 9000 litros por hora*, el equivalente al consumo diario de 2000 personas. Se dió la esperpética situación que en ese momento algunos ambientalistas concienciábamos a los ciudadanos para que arreglaran los grifos que gotean o se limpiaran los dientes con un vaso de agua. Para alejarse aún más de la austeridad y eficiencia demandada por los especialistas en España contamos con infinidad campos de golf como si se tratara de un país húmedo sin serlo; Según “Ecologistas en acción” son necesarios 15 m3 de agua por hectárea y año para mantener un campo de golf en óptimas condiciones. Cierto es que estas instalaciones pueden ser más o menos “ahorradoras de agua” dependiendo del diseño y origen de las aguas destinadas al riego, pero dificilmente se podrían considerar como sostenibles en un país mediterráneo mientras existan alternativas.
Si dejamos el golf para ir a otros campos encontramos que los sistemas de regadío español destacan por su ineficiencia comportando que nuestra agricultura requiera una cantidad de agua superior a la media mundial y una práctica subrealista que se aplica extensiva e inexplicablemente es la evacuación del WC con agua potabilizada.
En resumen, las sequías son previsibles y se olvidan facilmente hasta su retorno, cuando ya es demasiado tarde, para la que no existen soluciones pero si paliativos como el reciclaje de aguas grises, colectores de pluviales, sistemas de riego eficiente, xerojardinería etc,etc.
Si la sequía retorna, con el planteamiento actual tendremos que cambiar gasóleo por agua transportándola en barco o extraerla del mar mediante ósmosis, sufriremos restricciones y barullo político gratuito, perderemos cosechas y asistiremos a la normalización de vocablos eufemísticos para referirse a los transvases. Cierto es que se han construido instalaciones potabilizadoras faraónicas, desalinizadoras y depuradoras; pero también se ha apostado por cánones y tramos de dudosa efectividad, penalizaciones que satanizan incluso al consumidor con consumo cero.
Si la situación no cambia y no se aplican soluciones realistas de inversión útil con un replanteamiento responsable desde el propio sistema de captación, acumulación y reutilización adaptado a la climatología mediterránea de poco sirve sensibilizar sin credibilidad.
*(según la primera estimación de una empresa dependiente de la Agencia Catalana del Agua).
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